La Madre de Miren

Miren es la responsable de alegrarnos las tostadas de pan con mantequilla de las mañanas perezosas en las que un buen desayuno es la única manera de coger fuerzas para empezar el día.

La mermelada, una tradición familiar:

Miren es una diseñadora industrial de Navarra, zona de regadío y conservas. En su familia, desde siempre hubo la tradición de elaborar mermelada con las frutas del huerto, así que toda la familia está acostumbrada a comer mermeladas caseras y conservas de calidad.

Una vez salió de casa para descubrir mundo, se dio cuenta que las mermeladas que encontraba en el súper no tenían nada que ver con el sabor de las mermeladas a las que estaba acostumbrada. Así que siempre que visitaba su pueblo natal aprovechaba para meter en la maleta todos los botes que le cabían, para tener reservas a mano para las tostadas mañaneras…

Y un dia decidió hacer sus propias mermeladas

Un poco por casualidad y un mucho por gusto, Miren se dedica al diseño de cocinas, así que no es de extrañar que un día, movida por las ganas de ampliar sus conocimientos, se animara a adentrarse en las cocinas que diseñaba y hacer algo con sus propias manos.

Decidida a investigar y a dejar rienda suelta a su creatividad culinaria, decidió empezar con las mermeladas, al tener como madre una experta consejera. Y es que según Miren, su madre es la gran culpable de su afición por la cocina, de ahí que su nombre comercial sea un homenaje en toda regla a la mujer que la vio nacer.

Partiendo de las recetas de Conchi (su madre) Miren experimentó nuevas fórmulas, mezclas creativas y siempre reduciendo el azúcar buscándole sustitutivos.

Mermeladas y colaboraciones :

Concienciada por el entorno que nos rodea, Miren se interesó por el producto ecológico, y Ariadna y Iñaki de Nyamnyam (proyecto chulísimo que todo el mundo debería conocer…) le presentaron a Gilad, el productor de frutas y verduras de referencia de Tawari. Después de una visita a su huerto decidieron que juntos podían ser un buen tándem: Gilad ofrecía a Miren la fruta demasiado madura como para ser comercializada o los excedentes del campo y a cambio Miren ofrecía a Gilad las mermeladas de su creación.

Fruto de esta colaboración Miren va inventando nuevos sabores en su cabeza, ideas que luego transforma gracias a los fogones, en deliciosas mermeladas, siempre incrementando los productos ecológicos y de proximidad.